Entre septiembre de 1936 y febrero de 1939, la Unión Soviética estaba ayudando secretamente a la República española en la guerra civil con las fuerzas del general Francisco Franco, que se había rebelado contra el gobierno y estaban siendo ayudados por Italia y Alemania. Los soviéticos no sólo suministraban a la República con el aceite, la gasolina y los productos alimenticios, sino también con los aviones, carros de combate, piezas de artillería y armas pequeñas que necesitaban para llevar a cabo la guerra. Los soviéticos también comenzaron a enviar asesores militares y personal de todas las ramas del servicio, además de ingenieros, traductores, marinos mercantes y los trabajadores de la fábrica de la industria de guerra. De las aproximadamente 3.000 personas derivadas de la Unión Soviética, 772 eran de la fuerza aérea, y de éstos 100 fueron muertos en acción o murieron como consecuencia de accidentes o heridas recibidas en la batalla.
19x26 cm. Tapa dura. 320 páginas. Ilustrado con 568 imágenes de la mayoría de los pilotos tratados en el libro.