En la historia militar hay pocos conflictos tan fascinantes como la guerra británica-zulú de 1879: para las fuerzas imperiales británicas y sus tropas auxiliares coloniales, la invasión del Reino Zulú se presagiaba breve y fácil, teniendo en cuenta la diferencia tecnológica entre las armas de fuego europeas de los invasores y la panoplia, basada sobre todo en armas blancas, de los guerreros zulúes. Pero esta guerra asimétrica decimonónica no se desarrolló conforme a los planes del teniente general Frederic Thesiger, barón de Chelmsford, pues el 22 de enero de 1879 una columna británica fue sorprendida en su campamento bajo la colina de Isandlwana, rodeada y totalmente aniquilada por los guerreros del rey zulú Cetshwayo kaMpande. Los guerreros zulúes que consiguieron esta hazaña habían sido entrenados bajo las enseñanzas del rey Shaka kaSenzangakhona, que convirtió a un pueblo de pastores acostumbrado a la incruenta lucha ritual en una fuerza militar tácticamente superior al resto de los pueblos africanos, disciplinada, bien dirigida e implacable en la lucha. Y aunque el resultado final de esta guerra vino determinado por la enorme diferencia entre el poder militar de la mayor potencia mundial decimonónica y la valentía del pueblo zulú, la resistencia de éstos asombró al mundo entero, incluyendo al primer ministro británico.
156 páginas, 17x24cm, rústica con solapas. Contiene fotos y mapas.