Con perfiles de buques e ilustraciones originales, este estudio explora los buques de guerra que libraron la última batalla de superficie de la Segunda Guerra Mundial, la batalla en sí y por qué prevaleció la Armada estadounidense, en inferioridad numérica. La batalla de las islas Komandorski fue única entre las batallas navales de la Segunda Guerra Mundial. Fue la última batalla naval diurna de superficie de la Segunda Guerra Mundial en la que la aviación no desempeñó ningún papel, y en ella un escuadrón de cruceros y destructores de la US Navy se enfrentó a sus homólogos japoneses en un convoy para reforzar Attu y Kiska. El experto naval Mark Lardas explica que, debido a un fallo de los servicios de inteligencia, la escolta japonesa era el doble de numerosa de lo esperado, mientras que los Estados Unidos eran superados en número por 2 a 1 en cruceros pesados y ligeros. Aunque ambos bandos tenían el mismo número de destructores (cuatro cada uno), los japoneses eran más nuevos y potentes que los estadounidenses.