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DICCIONARIO DE BATALLAS DE LA HISTORIA DE ROMA (753 a.C. - 476 d.C.) 3.503 batallas libradas por los ejércitos de roma21x30. Rústica. 948 páginas. EDICIÓN AMPLIADA Y REVISADA
La Historia de Roma, en sus tradicionales tres períodos (monárquico, republicano e imperial), está repleta de batallas más o menos grandes e importantes. Son estos choques armados los que aquí se tratan de historiar. En cada una de las batallas de referencia se trata de ver, siempre que sea posible, quiénes fueron los enemigos a los que los romanos se enfrentaban, los posibles aliados de uno y otro bando, el lugar en donde se enfrentaron, la fecha (consignada lo más exactamente posible), quiénes mandaban en uno y otro bando, el número de hombres que formaban en las filas, en qué unidades se encuadraban, el despliegue táctico de la batalla, el desarrollo de la misma, quiénes vencieron, cuantas bajas hubo, qué fue de los vencidos y cuáles fueron las consecuencias de la victoria o de la derrota. En este trabajo, se ha tratado de describir las batallas de las que tenemos noticias, con la situación de los contendientes, sus fuerzas, sus mandos, las maniobras en el campo de batalla, el resultado del combate y las bajas producidas. En ese sentido, los romanos ganaron la mayor parte de las 3.386 batallas en las que intervinieron, el 56’7 % de ellas, a las que habría que unir un 14’1 % de combates desarrollados en el curso de guerras civiles, por lo que, ganara el bando que ganara, hay que pensar en que fue una victoria romana, ; en el 24’1 % del total de las batallas documentadas los ejércitos de Roma fueron derrotados y en el 5 % de los casos los combates resultaron indecisos, empatados o dudosos porque las fuentes no lo aclaran. En lo que corresponde al terreno sobre el que se libraron las batallas, como corresponde a una potencia eminentemente terrestre, la inmensa mayoría de las batallas que Roma libró lo hizo en tierra. Únicamente 89 de las batallas documentadas se disputaron sobre las aguas (ya fueran marinas o fluviales) y otras 19 tuvieron un componente mixto terrestre-marítimo (o fluvial). La guerra con más batallas documentadas es, con diferencia, la Segunda Guerra Púnica (218-202 a.C.), en la que romanos y cartagineses se enfrentaron nada menos que en 196 ocasiones. La guerra que sigue en número de batallas también enfrentó a los mismos contendientes: la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.), con 81. El tercer puesto lo ocupa la Tercera Guerra Mitridática (76-64 a.C.), en la que los ejércitos romanos se enfrentaron a las tropas del rey Mitrídates VI del Ponto y/o sus aliados en 58 combates. En época imperial, las guerras con más batallas son, por este orden, la Primera Guerra Judaica (66-70 d.C.), con 34, la Guerra Civil de 68-69 d.C., con 23 y la campaña de Juliano contra los persas (363 d.C.), con 22. Julio Rodríguez, nos ofrece nuevamente una obra repleta de datos actualizados, una verdadera guía de consulta que no puede faltar en la biblioteca del estudioso y el interesado en la Historia Miliar de Roma. https://www.youtube.com/watch?v=BqAhJMF3kT8 http://informacion.e-noticies.es/rincon-de-lectura/el-nuevo-gibbon-114974.html |
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HISTORIA DE LAS LEGIONES ROMANAS Julio Rodríguez González DOS TOMOS EN CAJA CONTENEDORA. Rústica. 838 páginas. 8 ilustraciones en color y 19 mapas. Existencias limitadas. Gran parte de lo que fue y significó Roma se lo debió a sus fuerzas armadas. El Estado romano, en un principio apenas algo más que una agrupación de aldeas a orillas del río Tíber, fue incrementando su poder, primero en Italia y luego a lo largo de las ricas y atractivas costas del Mediterráneo combinando sabiamente la acción política, la presión diplomática y la intervención militar. Según decía un militar y técnico de la guerra, el prusiano C. von Clausewitz 1, .la guerra es la continuación de la política por otros medios. y eso es lo que era para los romanos, procurando siempre con ella asegurar a su ciudad las mejores condiciones posibles que facilitaran el desarrollo económico de la misma y, en definitiva, el enriquecimiento de sus ordines superiores que eran quienes interpretaban, eso sí, siempre en beneficio propio, los intereses del Estado romano e impulsaban la política necesaria para asegurar dichos intereses.
El Ejército era uno de los más importantes, si no el principal, instrumento de esa política. Él era el encargado de subsanar las dificultades que la diplomacia romana no podía resolver y de abrir mercados a los comerciantes romanos cuando éstos no podían hacerlo por si mismos, siempre con el objetivo, más ficticio que real, de lograr .la mayor gloria de Roma.. Esto se traduce por la consecución de .el mayor provecho para Roma. y, naturalmente, para sus estamentos dirigentes.
En los muchos siglos de evolución del Estado romano, sus instituciones, y en particular el Ejército, evolucionaron con él. En lo que se refiere a los asuntos militares, un nombre marcó la continuidad a lo largo de tantos avatares históricos como sufrió Roma: la legión. El nombre del principal tipo de unidad militar romana se convirtió a lo largo de los siglos que sucedieron a la caída del Imperio Romano en el paradigma del cuerpo militar eficaz y siempre preparado para defender un interés concreto y aún hoy el nombre de Legión ha perdurado en ciertos cuerpos de elite de diversas naciones. Siempre, desde su origen, la palabra legión ha estado asociada a la imagen de una serie de duros combatientes, dispuestos a defender unas causas determinadas que, naturalmente, han variado mucho desde la aparición de la primera legión. |