HISTORIA DE LAS LEGIONES ROMANAS
Julio Rodríguez González
DOS TOMOS EN CAJA CONTENEDORA. Rústica. 838 páginas. 8 ilustraciones en color y 19 mapas.
Existencias limitadas.
Gran parte de lo que fue y significó Roma se lo debió a sus fuerzas armadas. El Estado romano, en un principio apenas algo más que una agrupación de aldeas a orillas del río Tíber, fue incrementando su poder, primero en Italia y luego a lo largo de las ricas y atractivas costas del Mediterráneo combinando sabiamente la acción política, la presión diplomática y la intervención militar. Según decía un militar y técnico de la guerra, el prusiano C. von Clausewitz 1, .la guerra es la continuación de la política por otros medios. y eso es lo que era para los romanos, procurando siempre con ella asegurar a su ciudad las mejores condiciones posibles que facilitaran el desarrollo económico de la misma y, en definitiva, el enriquecimiento de sus ordines superiores que eran quienes interpretaban, eso sí, siempre en beneficio propio, los intereses del Estado romano e impulsaban la política necesaria para asegurar dichos intereses.
El Ejército era uno de los más importantes, si no el principal, instrumento de esa política. Él era el encargado de subsanar las dificultades que la diplomacia romana no podía resolver y de abrir mercados a los comerciantes romanos cuando éstos no podían hacerlo por si mismos, siempre con el objetivo, más ficticio que real, de lograr .la mayor gloria de Roma.. Esto se traduce por la consecución de .el mayor provecho para Roma. y, naturalmente, para sus estamentos dirigentes.
En los muchos siglos de evolución del Estado romano, sus instituciones, y en particular el Ejército, evolucionaron con él. En lo que se refiere a los asuntos militares, un nombre marcó la continuidad a lo largo de tantos avatares históricos como sufrió Roma: la legión. El nombre del principal tipo de unidad militar romana se convirtió a lo largo de los siglos que sucedieron a la caída del Imperio Romano en el paradigma del cuerpo militar eficaz y siempre preparado para defender un interés concreto y aún hoy el nombre de Legión ha perdurado en ciertos cuerpos de elite de diversas naciones. Siempre, desde su origen, la palabra legión ha estado asociada a la imagen de una serie de duros combatientes, dispuestos a defender unas causas determinadas que, naturalmente, han variado mucho desde la aparición de la primera legión.