DISPONIBLE

ÍNDICE

17x24. Rústica con solapas. 622 páginas, incluido álbum fotográfico de 66 páginas. Reimpresión.

17X24. Rústica. Ilustrado.

En volúmenes anteriores se narró la historia de cómo Roma se convirtió en una potencia militar que, tras varios siglos de duras pugnas, se anexionó toda la Península Itálica. Paralelamente a la última parte de este proceso, la capital itálica comenzó su expansión fuera de Italia, cuyo capítulo griego se describe en las siguientes páginas. En el proceso militar es en el que se va a centrar lo que se dice en este trabajo, cuyo desarrollo es conocido a través de las fuentes literarias y, en menor medida, las arqueológicas, epigráficas y numismáticas.

Entre los enfrentamientos que recoge el cuarto tomo de Aquilifer destacan las diversas guerras macedónicas, con batallas como las de Cinoscéfalos o Pydna; la guerra contra Esparta, o la guerra contra Antíoco III, con una nueva batalla de las Termópilas. Además, la obra incluye un magnífico estudio sobre el ejército romano de aquella época y los ejércitos helénicos a los que se enfrentaron. En resumen, una valiosa aportación al estudio de la historia militar en la Antigüedad, que debe ocupar un sitio de privilegio en la biblioteca de todo aquel interesado en este apasionante periodo.

HISTORIA DE LAS LEGIONES ROMANAS

Julio Rodríguez González

DOS TOMOS EN CAJA CONTENEDORA. Rústica. 838 páginas. 8 ilustraciones en color y 19 mapas.

Existencias limitadas.

Gran parte de lo que fue y significó Roma se lo debió a sus fuerzas armadas. El Estado romano, en un principio apenas algo más que una agrupación de aldeas a orillas del río Tíber, fue incrementando su poder, primero en Italia y luego a lo largo de las ricas y atractivas costas del Mediterráneo combinando sabiamente la acción política, la presión diplomática y la intervención militar. Según decía un militar y técnico de la guerra, el prusiano C. von Clausewitz 1, .la guerra es la continuación de la política por otros medios. y eso es lo que era para los romanos, procurando siempre con ella asegurar a su ciudad las mejores condiciones posibles que facilitaran el desarrollo económico de la misma y, en definitiva, el enriquecimiento de sus ordines superiores que eran quienes interpretaban, eso sí, siempre en beneficio propio, los intereses del Estado romano e impulsaban la política necesaria para asegurar dichos intereses.

El Ejército era uno de los más importantes, si no el principal, instrumento de esa política. Él era el encargado de subsanar las dificultades que la diplomacia romana no podía resolver y de abrir mercados a los comerciantes romanos cuando éstos no podían hacerlo por si mismos, siempre con el objetivo, más ficticio que real, de lograr .la mayor gloria de Roma.. Esto se traduce por la consecución de .el mayor provecho para Roma. y, naturalmente, para sus estamentos dirigentes.

En los muchos siglos de evolución del Estado romano, sus instituciones, y en particular el Ejército, evolucionaron con él. En lo que se refiere a los asuntos militares, un nombre marcó la continuidad a lo largo de tantos avatares históricos como sufrió Roma: la legión. El nombre del principal tipo de unidad militar romana se convirtió a lo largo de los siglos que sucedieron a la caída del Imperio Romano en el paradigma del cuerpo militar eficaz y siempre preparado para defender un interés concreto y aún hoy el nombre de Legión ha perdurado en ciertos cuerpos de elite de diversas naciones. Siempre, desde su origen, la palabra legión ha estado asociada a la imagen de una serie de duros combatientes, dispuestos a defender unas causas determinadas que, naturalmente, han variado mucho desde la aparición de la primera legión.

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El libro Historia de las legiones romanas (publicación original: 2003) es una monografía sobre las legiones romanas, que partiendo de la introducción al concepto nos lleva hacia la historia de todas y cada una de las legiones de la Antigua Roma que se conocen, en orden numérico y separando el periodo república-alto imperio del periodo del bajo imperio, señalando su creación, desarrollo y actuación militar. Además, trata por separado el tema de las guarniciones fronterizas regionales y sus particularidades, el de los ejércitos legionarios provinciales, hace un estudio sobre los números y apelativos de las legiones y refuerza el libro con una enorme cantidad de ilustraciones y apéndices relativos al tema y con una abrumadora bibliografía. 

Mi opinión. Basado en la propia tesis doctoral del autor (Evolución histórica de las legiones del Imperio Romano), ampliándola en alcance y contenidos, este monumental trabajo en dos grandes volúmenes destaca por muchas razones, como la profusión de pies de página relacionando de forma continua datos concretos del texto con su fuente, el método usado para la exposición, su exhaustivo repaso de la historia de cada una de las legiones conocidas enlazado con la propia historia del periodo correspondiente y sus protagonistas, además de bastantes cosas más, tan fascinante para los más interesados connoisseurs como árida para curiosos o aficionados porque tiene un estilo narrativo todo lo ameno que estos libros de consulta (y casi referencia) pueden tener, y que supone quizás el trabajo más potente en contenidos (que no atractivo desde lo formal) que un servidor conoce sobre la legión romana desde el punto de vista de la información singular histórica sistematizada.

Destacado. El autor está tan comprometido con su trabajo que hasta se disculpa por no haber usado o citado fuentes de las que pudo no tener noticia o aquellas que fueron editadas mientras se publicaba la presente obra.

Potenciales evocados. Si a usted le han gustado los trabajos de Adrian Goldsworthy, Dando-Collins, Yann le Bohec y otros escritores sobre el tema, pero quiere ir un paso más allá singularizando en legiones concretas, este es su libro.

DICCIONARIO DE BATALLAS DE LA HISTORIA DE ROMA (753 a.C. - 476 d.C.)

3.503 batallas libradas por los ejércitos de roma

21x30. Rústica. 948 páginas.

EDICIÓN AMPLIADA Y REVISADA

La Historia de Roma, en sus tradicionales tres períodos (monárquico, republicano e imperial), está repleta de batallas más o menos grandes e importantes. Son estos choques armados los que aquí se tratan de historiar. En cada una de las batallas de referencia se trata de ver, siempre que sea posible, quiénes fueron los enemigos a los que los romanos se enfrentaban, los posibles aliados de uno y otro bando, el lugar en donde se enfrentaron, la fecha (consignada lo más exactamente posible), quiénes mandaban en uno y otro bando, el número de hombres que formaban en las filas, en qué unidades se encuadraban, el despliegue táctico de la batalla, el desarrollo de la misma, quiénes vencieron, cuantas bajas hubo, qué fue de los vencidos y cuáles fueron las consecuencias de la victoria o de la derrota.

En este trabajo, se ha tratado de describir las batallas de las que tenemos noticias, con la situación de los contendientes, sus fuerzas, sus mandos, las maniobras en el campo de batalla, el resultado del combate y las bajas producidas. En ese sentido, los romanos ganaron la mayor parte de las 3.386 batallas en las que intervinieron, el 56’7 % de ellas, a las que habría que unir un 14’1 % de combates desarrollados en el curso de guerras civiles, por lo que, ganara el bando que ganara, hay que pensar en que fue una victoria romana, ; en el 24’1 % del total de las batallas documentadas los ejércitos de Roma fueron derrotados y en el 5 % de los casos los combates resultaron indecisos, empatados o dudosos porque las fuentes no lo aclaran.

En lo que corresponde al terreno sobre el que se libraron las batallas, como corresponde a una potencia eminentemente terrestre, la inmensa mayoría de las batallas que Roma libró lo hizo en tierra. Únicamente 89 de las batallas documentadas se disputaron sobre las aguas (ya fueran marinas o fluviales) y otras 19 tuvieron un componente mixto terrestre-marítimo (o fluvial).

La guerra con más batallas documentadas es, con diferencia, la Segunda Guerra Púnica (218-202 a.C.), en la que romanos y cartagineses se enfrentaron nada menos que en 196 ocasiones. La guerra que sigue en número de batallas también enfrentó a los mismos contendientes: la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.), con 81. El tercer puesto lo ocupa la Tercera Guerra Mitridática (76-64 a.C.), en la que los ejércitos romanos se enfrentaron a las tropas del rey Mitrídates VI del Ponto y/o sus aliados en 58 combates. En época imperial, las guerras con más batallas son, por este orden, la Primera Guerra Judaica (66-70 d.C.), con 34, la Guerra Civil de 68-69 d.C., con 23 y la campaña de Juliano contra los persas (363 d.C.), con 22.

Julio Rodríguez, nos ofrece nuevamente una obra repleta de datos actualizados, una verdadera guía de consulta que no puede faltar en la biblioteca del estudioso y el interesado en la Historia Miliar de Roma.

https://www.youtube.com/watch?v=BqAhJMF3kT8

http://informacion.e-noticies.es/rincon-de-lectura/el-nuevo-gibbon-114974.html

Afortunadamente, de un tiempo a esta parte parece que hay un intento de recuperar la memoria de algunos de los militares que deberían haber tenido desde hace mucho tiempo un lugar destacado en la Historia de España. Entre ellos destacan con luz propia los nombres de Pedro de Cevallos y su actuación en la zona del río de la Plata; Blas de Lezo, con su defensa de Cartagena de Indias, y Bernardo de Gálvez, conquistador de Pensacola y pieza importante en la guerra de independencia de los Estados Unidos.

La editorial Almena ya se anticipó a este despertar hace más de dos lustros cuando le dedicó al primero de los citados un número de su prestigiosa serie Guerreros y Batallas, seguido posteriormente por los dedicados a Blas de Lezo y Bernardo de Gálvez, gozando todos ellos de una excelente acogida entre los lectores.

Para contribuir al conocimiento de las hazañas realizadas por los citados militares, Almena se complace en reunir en un único volumen las obras mencionadas, confiando en que este sea sólo el primer paso de los muchos que aún han de darse para poner a los héroes de España en el lugar de honor que merecen.

Recopilación en un solo volúmen de los números 7, 46 y 59.

17x24. Rústica con solapas. 304 páginas muy ilustradas en b/n y 32 láminas a color.

DISPONIBLE A PARTIR DEL 7 DE JULIO APROXIMADAMENTE

La tercera parte de la obra que la colección “Imágenes de Guerra” está dedicando al que ya anteriormente se había calificado como “el carro de combate más famoso de la Segunda Guerra Mundial”.

Y es que con esta tercera parte, que es la segunda dedicada a la historia operativa de las unidades del Ejército de Tierra, no acabará el proyecto. Se tratan aquí los batallones pesados 505, 506, 507, 508, 509, 510 y Grossdeutschland, las unidades de control remoto y las formaciones de menor entidad; pero aún hay espacio para las unidades de las Waffen-SS, que serán las que compongan la cuarta parte.

Los que ya conozcan los tomos anteriores sabrán lo que les espera en este: un recorrido fotográfico por los campos de batalla de toda Europa a bordo de un carro de combate que nació para ser el rey de la guerra blindada, cosa que no consiguió por muy poco; por su parte, los que se acerquen a esta serie por primera vez comprobarán que en España se hacen trabajos tan buenos como los que se hacen fuera, sino mejores.

Quedan pues emplazados todos aquellos interesados en la historia de los combates acorazados de la Segunda Guerra Mundial a seguir los pasos de algunos de los carristas más famosos de la contienda, a la vez que les animamos a no perderse el tomo que culminará la obra, que será, como mínimo, igual de interesante que los anteriores.

192 páginas. 17x24. Muy ilustrado con fotografías en b/n y color + mapas.